En esta página web solemos hablaros siempre de los grandes viajes, las buenas planificaciones, esas rutas largas que nos llevan a descubrir lugares increíbles y desconocidos para muchos viajeros, pero sin embargo hoy queremos incidir en otro tipo de escapadas, aquellas que cuyo destino está mucho más cerca, las salidas al campo.
Y es que a veces nos embolicamos con salir lejos, irnos al fin del mundo para desconectar, pero ¿no os pasado el alguna ocasión aquello de que volvéis más cansados y que ya llega un momento en el que queréis estar en casa tranquilamente? Porque viajar cansa, os digan lo que os digan. Estar un rato en el aeropuerto, cargar con las maletas para coger un autobús o un taxi, buscar el hotel, caminar con estrés para hacer turismo y que nada nos quede sin visitar… Eso genera una presión y un cansancio difícilmente recuperable, y menos cuando tenemos que trabajar al volver a casa.
Por eso queremos sacaros de la cabeza esa idea de viajar lejos y animaros a conocer los estupendos lugares que hay a pocos kilómetros de vuestra casa y cuyos paisajes suelen ser realmente increíbles. A veces, basta con cambiar de provincia o simplemente salir al extrarradio de la ciudad para encontrar la montaña, el campo, el agua de los ríos y demás parajes que nos pueden ayudar a descubrir ese relax que no está a nuestro alcance en los grandes viajes.
Lo ven incluso aquellos que viven en Madrid, que con apenas hacer unos sesenta kilómetros en coche hasta la sierra parece que han cambiado totalmente de planeta y entorno. Pues eso está al alcance de la mano de cualquiera, ya que además suele resultar mucho más barato. Y menos cansado. Pensad que incluso para ir al aeropuerto solemos llevar nuestro coche y lo dejamos allí aparcado para no tener que coger el metro o pagar un taxi, pues con poco más que ese trayecto ya estaríamos en el campo y ya habríamos llegado a nuestro destino. Es más, para aquellas ciudades como Ourense, que no tienen un aeródromo, y tienen que desplazarse hasta otras localidades como Vigo o Santiago, llegar al campo es más rápido que estar en el aeropuerto.
Y no penséis que la montaña es aburrida. Quizás no haya grandes monumentos urbanos que ver ni rascacielos a los que subir, pero tenéis peñas a las que avanzar, caminos que recorrer, sendas que pasear, actividades propias de la zona como podrían ser el esquí o la escalada y también es posible disfrutar de una nueva gastronomía. Y no lo olvidemos, podremos descansar, que es lo más importante a la hora de escaparnos de casa. Difícilmente en el campo os encontraréis con ruidos molestos como los cláxones de los coches o esos niños del piso de arriba de vuestro bloque se pasan el día corriendo por la casa y parece que lo hacen sobre tu cabeza. Es factible incluso que en el campo no oigas ningún ruido y duermas más de lo normal, perfecto para reponer fuerzas y hacer grandes caminatas a lo largo del día con las que dirigir la buena y contundente gastronomía de la montaña.
Es más, puede que le cojáis el gusto y acabéis invirtiendo en una segunda vivienda en el campo para no tener siquiera que gastar cada fin de semana o en cada escapada en alojamiento. Todos sabemos que la vida allí es mucho más barata, tanto en impuestos como en el suelo, así que para aquellos que buscan descansar en sus viajes es una más que buena opción a estudiar con detenimiento.
Si os decantáis por ello, os recomendamos que seáis cuidadosos con el entorno y os decantéis por las construcciones con materiales alternativos como las que propone el grupo Alterna3, cuya actividad principal es la distribución de aislantes a base de fibra de madera, cáñamo, celulosa y corcho, muy prácticos si pensamos en los días de más frío por estos parajes.
Su fuerza reside en la experiencia internacional en el sector de los materiales de construcción ecológica en países como Alemania, Austria, Bélgica, Suiza y Francia. Por esta razón, grandes fabricantes les han concedido la distribución de sus productos en los diferentes países europeos. Su objetivo es la promoción y la divulgación de sistemas alternativos para la construcción, utilizando materiales eficientes, sostenibles, reciclables, y que necesitan poca energía para su fabricación (bajas emisiones de CO2).