Vacaciones y adrenalina en Andalucía

El mundo se divide en dos tipos de viajeros: los que buscan recargar las pilas a través de una experiencia relajante y los que buscan descargar la adrenalina que se acumula en su organismo a lo largo de los tediosos días de trabajo. Para estos últimos, la sierra granadina alberga un espacio especial donde combinar el turismo ecológico con la aventura gracias a actividades como practicar barranquismo en el río Verde o el rafting en el río Genil.

El barranquismo es un deporte de aventura que tiene como escenario de práctica los cañones o los barrancos que se forman alrededor del curso de un río. Este cauce natural, formado geológicamente a lo largo de millones de años, presenta en su recorrido diversas pruebas de habilidad que se superan a pie, nadando o mediante distintas técnicas, tales como los toboganes, el descenso con rápel, los trepaderos o los saltos. Las condiciones del cauce, además, influyen en la  actividad, puesto que, en función del tipo de entorno medioambiental o de la estación del año, el cauce puede encontrarse seco, ser caudaloso, gozar de mayor o menor vegetación ribereña,… A pesar de las dificultades que pueden apreciarse, el barranquismo es un deporte que pueden practicar también los neófitos, puesto que contar con la asistencia de un guía experimentado rebaja casi al ciento por cien cualquier tipo de riesgo, siempre, claro, que el deportista en cuestión cuente con una condición física mínimamente aceptable. No obstante, las empresas del sector acostumbran a prever varios recorridos distribuidos según dificultad, con mayor o menor duración.

El río Verde es uno de los enclaves preferidos por los aficionados a la multiaventura para practicar barranquismo en Granada. Este río enclavado en la granadina Sierra de Almijara, en las inmediaciones del municipio de Otívar, y no muy lejano de la costa de Almuñecar, goza de uno de los conjuntos de barracos más preciosos de la comunidad autónoma. Aunque los deportistas más aguerridos practican barranquismo sin importarles la época del año, la temporada alta suele registrarse entre marzo y octubre, cuando la climatología es más propicia y no se corre el riesgo de que una tormenta repentina sorprenda a los barranquistas en medio del lecho del río.

Respecto al material necesario para la práctica del barranquismo, tan solo se necesitan unas zapatillas de agarre firme, preferentemente impermeables dada la parte acuática de la actividad. Es por ello que también es aconsejable vestir ropa de baño, portar una toalla y guardar muda limpia para mantenerse seco una vez concluida la jornada. El material especializado –el neopreno, los cascos, los mosquetones y el arnés-, suele correr a cargo de las empresas promotoras de la actividad, todo con su correspondiente homologación.

Por su parte, el rafting o balsismo es un deporte de aventura que, como el barranquismo, consiste en recorrer el cauce de un río, solo que esta vez empleando como método una embarcación o balsa gracias a la cual se seguirá la corriente de agua. Se practica por tanto en ríos con turbulencias, también conocidos como rápidos o de aguas blancas a causa de la espuma que se desprende de esta vorágine, que es la que estimula la acción para el deportista. Entre los tipos de balsas más comunes se encuentran las canoas y los kayaks, que pueden estar construidas con un material rígido o con una estructura inflable o neumática.

El río Genil es uno de los cursos más apreciados dentro del rafting en Andalucía. Es una actividad colectiva de gran tirón popular entre grupos de amigos, familias, como celebración de reuniones o como incentivo empresarial, ya que, debido a las características de su práctica, estimula las habilidades para el trabajo en equipo, siempre bajo la tutoría directa de un guía experimentado en el terreno. El río Genil ofrece asimismo dos niveles de dificultad, con un tramo de aguas bravas entre Benamejí y Palenciana (Córdoba) que está indicado para los más atrevidos y otro tramo, en el entorno de las Cuevas Bajas de Málaga, donde la corriente de agua, ya más próxima al mar y menos encajonada entre barrancos, es más tranquila, apta para la práctica familiar o de primerizos en el rafting. Al igual que sucede con el río Verde, la época más indicada para la práctica del rafting es la que transcurre de marzo a octubre, si bien también influye la regulación del nivel del agua por parte del pantano de Iznájar.

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