Pasear por la naturaleza tiene muchos beneficios para nuestra salud y bienestar. Nos relaja y aleja de la contaminación. Muchas personas optan para sus vacaciones instalarse en una finca rural con la familia para disfrutar de paisajes naturales y una alimentación ecológica.
En la finca rural puedes realizar actividades como dar de comer a los animales, montar a caballo, recoger setas, paintball, rutas en bici, senderismo, etc. Si te encanta la naturaleza y los caballos, tu plan ideal es alojarte en una finca rural y conocer un poco más a estos animales.
Los profesionales de la Finca Valvellidos informan que para montar a caballo es fundamental practicarlo con la ayuda de un gran conocedor de los caballos.
Beneficios de montar a caballo
La Real Academia Española (RAE) define la palabra caballo como «mamífero solípedo del orden de los perisodáctilos, de tamaño grande y extremidades largas, cuello y cola poblados de cerdas largas y abundantes, que se domestica fácilmente y suele utilizarse como montura o animal de tiro».
La equitación es un deporte que nos ofrece muchos beneficios para la mente y el cuerpo.
-Dar un paseo a caballo rodeado de naturaleza mejora el equilibrio vertical y horizontal.
-Ayuda a mejorar el estado de los músculos contraídos.
-Ayuda a controlar la postura del tronco, a mantenerla erguida y a corregirla. Este deporte ayuda a minimizar problemas de espalda, ejercita los músculos de esa zona, abdominales, los músculos de las piernas como los abductores, el grupo de los vastos o los gemelos, sobre todo, cuando se va de pie mientras va trotando el animal.
– Favorece la circulación sanguínea por la temperatura del caballo.
-Favorece la coordinación motriz y la planificación motora al tener que adelantarse a los movimientos del caballo y estar alertas al cambio de ritmo.
-Mejora la concentración para sostener el control sobre el caballo y poder realizar correctamente los ejercicios del entrenamiento o los que se realizan en una competición.
– Mejora la autoestima y la confianza en uno mismo.
-Inculca valores tan importantes como el respeto hacia los animales y el medio ambiente.
-Montar a caballo nos ayuda a disminuir el estrés y desconectar de la rutina. También es muy positivo para personas con discapacidad o parálisis cerebral, trastornos del espectro autista, hiperactividad…
La interacción con estos animales pueden contribuir notablemente a su mejora psicosocial, bienestar mejora de las habilidades motoras, el tono muscular y el equilibrio. Y ello se consigue, a través de las sesiones con una terapeuta especializado, gracias a varios aspectos como la transmisión del calor corporal del cuerpo del caballo a la persona, y el movimiento del animal también transmite ese impulso a la persona que lo monta.
Consejos para montar a caballo
Si te apetece aprender a montar a caballo debes tener en cuenta los siguientes consejos:
– No te pongas detrás del caballo.
-Escucha y sigue las indicaciones del guía experto.
-Utiliza el equipo de seguridad necesario.
-Si no sabes controlar al caballo, no intentes darle rienda por ti mismo.
Material para montar a caballo
Para montar a caballo necesitas material de protección. Debes contar con un casco para evitar lesiones en caso de caída, ropa cómoda, como pantalones largos ajustados y sin muchas costuras.
Para el calzado es necesario las botas de equitación o un calzado cómodo que no tenga decoración en los laterales ni en el área del talón. Descarta los zapatos con tacón y las sandalias.
Cómo colocarse en la silla
Antes de subir en la silla, es recomendable que hayas mantenido un tiempo de contacto con el caballo, puedes peinarle y acariciarle para transmitirle confianza.
Las primeras veces al subir, el caballo puede moverse, es recomendable que alguien sujete la cabeza para poder posicionarte.
Tu cuerpo debe conectar y guiar al animal, para conseguirlo debes mantener una buena posición en el asiento.
El cuerpo debe estar relajado, en la montura tiene que dibujar una línea recta a lo largo de oreja, hombro, cadera y talón, para mantener el equilibrio. Además, debes sentir los dos isquiones de los glúteos en la montura.
Las articulaciones de las rodillas y tobillos deben estar relajadas, ya que las piernas amortiguan los movimientos bruscos de tu cuerpo ante el movimiento del caballo, deben mantenerse constantemente ejerciendo cierta presión sobre el cuerpo del caballo.
Para ello, coloca solo la puntera dentro del estribo, manteniendo el talón hacia abajo; deja las piernas hacia dentro, sin girarlas; y mantén la rodilla doblada en el cuerpo del caballo.
Los codos deben estar flexionados y las riendas deben ser sujetadas con ambas manos a los dos lados de la cruz.
El ritmo del caballo debe ser acompañado con el movimiento de la pelvis en el asiento, y de los brazos que están sujetando las riendas.
Cuando el animal se desplace al andar o galopar su cuerpo hacia adelante o hacia atrás, debes acompañar el movimiento. Así evitas roces innecesarios y crearás un vínculo con el caballo.