Los que somos unos amantes de la naturaleza siempre tenemos un par de lugares marcados en la agenda. Lugares de esos que sabes que tarde o temprano tienes que ir. Hay muchos ejemplos de este tipo. El montañero supongo que le encantará poder hacer algunos Tres Miles, al que es amante de la cultura pues querrá ir a Grecia o Roma. Pues en mi caso soy un apasionado del mar, de esos locos que sabemos que el mar nos puede dar la vida, aunque es cierto que en algunas ocasiones también nos la puede quitar.
Todos hemos sido pequeños y hemos querido ir al mar. Quizás mi historia de filia hacia el mar comience en aquel viaje que hice cuando mis padres decidieron que las vacaciones las íbamos a pasar en las aguas de Cádiz.
Os cuento mi historia para que os sirva un poco de ejemplo. En mi caso siempre había soñado con el mar. Para un hombre de secano como yo, tiene mucho mérito. Por eso, siempre soñaba con algunas zonas de mar. Aunque en este caso, mi sueño se llamaba estar alguna vez en las playas de Fuerteventura. Un día, decidí hacer realidad su sueño y viajar al municipio de Corralejo. Era la primera vez que viajaba a una isla y estaba emocionado por todas las actividades que podía hacer allí, aunque también sabía que esto me depararía mucho respeto. Y es que lo primero que tenemos que saber que el mar hay que respetarlo.
Cuando llegué a Corralejo, lo primero que me llamó la atención fue la belleza del lugar. El agua cristalina y la arena blanca me dejaron sin palabras. Es de esos paisajes que ves en las postales o en las películas de estrellas de Hollywood. Madre mía que maravilla. Una vez que estuve allí tenía claro que quería experimentar todo lo que la isla tiene para ofrecer, así que comencé a buscar actividades acuáticas.
Primero, decidí hacer un tour en kayak por las aguas cristalinas de la costa de Fuerteventura. Fue una experiencia increíble y donde me quedé fascinado para los lugares más espectaculares de la costa. Y es que hacer un viaje en kayak te sirve para vivir toda la naturaleza en primera persona. Recuerdo que no hacía otra cosa que mirar a un lado y a otro, porque era apasionante.
Después, decidí probar el kitesurfing. A pesar de que al principio me costó un poco, pronto me convertí en un experto y disfruté de la adrenalina que la verdad es que proporciona este deporte. Al final, decidí hacer buceo en las profundidades marinas, la verdad es que esto es una pasada y que se lo recomiendo a todo el mundo.
Isla de lobos
Un viaje que se me quedó en la memoria para siempre es el que hice a la isla de Lobos, un pequeño islote situado a 10 minutos de Fuerteventura. Lo hice con un Water Taxi Corralejo – Isla de Lobos de la empresa Corralejo Fishing. La verdad es que es un lugar de naturaleza salvaje y belleza sin artificios. La isla debe su nombre a los antiguos lobos marinos que habitaban sus costas y tiene una superficie de 6 kilómetros cuadrados enmarcados por casi 14 kilómetros de costa formada por escarpados acantilados que se pueden contemplar desde Corralejo. Fue declarada Espacio Natural Protegido en 1982 y forma parte de la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura por lo que se necesita autorización del cabildo de Fuerteventura para acceder al islote desde 2019. Fue un viaje espectacular con un precio por 16 euros que es una pasada.
Gracias a esto he descubierto los secretos del fondo del mar, de la fauna y de la flora, todo esto, eso sí guiado por un instructor que me fue contando con todo tipo de detalle todo lo que me fui encontrado a mi paso.
La verdad es que fue un viaje precioso. Corralejo ya forma parte de mi corazón, he aprendido mucho sobre la vida marina. Siempre recordaré mi primer viaje a la isla y todas las actividades acuáticas que hizo allí. Algo que ya recomiendo a todo el mundo.
Espero que hayaís disfrutado mucho con esta historia, porque la verdad es que es una gozada poder sentirte parte del mar. Los que amamos el agua salada sabemos que muchas veces tienes que hacer viajes que nunca han pasado por tu cabeza. Esto es una gozada y se lo recomiendo a todo el mundo.