Nos ha tocado vivir en una de las épocas de la evolución más complicadas y es que cuando todo discurría sin problema y tecnológicamente avanzábamos como hasta ahora nunca lo habíamos hecho, lo cierto es que llegó el coronavirus y nos trastocó por completo los planes de evolución. Y es que todos los esfuerzos que estábamos llevando a cabo para mejorar como sociedad, aunque no se dejaron de lado, lo cierto es que gran parte de los recursos se destinaron y se están destinando a lograr una vacuna que nos sirva para protegernos de la Covid-19. Además, este mismo virus también ha hecho que tengamos que modificar por completo nuestras costumbres, hasta el punto de que en la actualidad para salir de casa tenemos que llevar puesta una mascarilla para evitar contagiar y ser contagiados, pero no solo eso, sino que también hemos visto como las autoridades sanitarias nos prohibían salir de nuestras provincias o localidades, por lo que nuestros viajes, nuestras jornadas de descanso tuvieron que modificarse para poder adaptarse a la nueva realidad. Así, en las siguientes líneas os queremos proponer una oportunidad de llevar a cabo un viaje low cost apto para toda la familia por áreas cercanas a nuestra casa.
Si bien es cierto que en nuestro país tenemos decenas de rincones que merecen ser visitados, lo cierto es que algunos de ellos gozan de un encanto sobrenatural, como pueden ser la Ribeira Sacra en Ourense y Lugo, la Costa da Morte en A Coruña, la sierra de Irta en Castellón o Las Hurdes, en Cáceres. Precisamente de este último enclave, de Las Hurdes, es del que os hablaremos a continuación y es que este enclave es uno de los más desconocidos de nuestro país, pero uno de los más bellos, así que conozcámoslo. Agua, naturaleza y arquitectura pueden ser con facilidad las tres palabras que mejor definen la esencia de la comarca de Las Hurdes, en el norte de la provincia de Cáceres. Y es que esta zona repleta de belleza y naturaleza es, como os decimos, uno de los enclaves menos conocidos de nuestro país, pero de los que más secretos esconde y es que no solo sus elementos naturales son fascinantes, sino que su arquitectura también guarda elementos agradables para la vista de los visitantes y habitantes de la zona.
Una buena visita a Las Hurdes la podemos comenzar por la localidad de Riomalo de Abajo, un pueblo en el que nos podemos detener un rato, pero en el que pronto tomaremos camino por una pista bien señalizada con destino al Mirador de La Antigua. Un espectacular balcón con vistas panorámicas al Meandro del Melero, un lugar en el que podemos contemplar a la perfección un giro de 360º del río Alagón, en el que, además, dicen que es un lugar perfecto para observar la berrea. Si seguimos hacia el oeste en dirección a Nuñomoral y a continuación tomamos el desvío hacia El Gasco nos encontraremos un tramo de carretera en el que lo importante no es el destino, sino que en el propio camino que recorremos lo conforma un bellezón de la naturaleza repleto de altos miradores, ríos, pequeñas cascadas… Un espectáculo de agua y naturaleza sinfín que nos acompañará por todos y cada uno de los kilómetros de la carretera. A estas alturas ya seremos conscientes de que el viaje por Las Hurdes se puede alargar un poco más de lo esperado, dada la belleza del lugar, por lo que nosotros os recomendamos que visitéis el sitio web de Casas rurales en Las Hurdes, dado que encontraréis, entre varias opciones, un establecimiento de acuerdo a la belleza natural de la zona, vuestras preferencias, y donde os tratarán con toda la amabilidad que os merecéis.
Si continuamos la ruta podremos visitar uno de los pueblos con la arquitectura tradicional mejor conservada de Las Hurdes, El Gasco. En él ya no habitan los hurdanos, pero las casas aún tienen su función, como recoger cabras y pertenencias. Al igual que ocurre en el resto de la ruta, el agua es testigo de nuestro paso y, en este caso, el río Malvellido forma bellos recovecos y meandros en su recorrido por lo que no te faltarán miradores en los que hacer una parada.
El chorro de la Miacera
El chorro de la Miacera, también conocido como el chorro de la Meancera, es una corta caminata que está bien señalizada y se hace cómodamente, por lo que es apta para toda la familia. El camino se hace en aproximadamente una hora y media entre la ida y la vuelta por un sendero que nos lleva a un salto de agua de unos 100 metros de altura. Si bien es importante saber que para llegar al salto debemos de cruzar el río en varias ocasiones, por lo que os recomendamos llevar unas buenas botas de montaña.